Coleccionismo cervantino en Uruguay: Biblioteca Cervantina Amelia Marty de Firpo
Nota de María Elena Ruibal Laborda (Universidad de Montevideo, Uruguay)
“Porque el bibliófilo, con su naturalidad de abeja, construye una colmena y miel y cera, con sus libros y sus armarios, ella también se enriquece con los signos de la constancia y se ennoblece con los afanes de una devoción siempre fina y delicada”[1]
Bibliófilo y devoción son dos palabras que presentan y definen a dos destacados protagonistas del coleccionismo cervantino en Uruguay en la primera mitad del siglo XX, hasta la década del ’60: Don Arturo Xalambrí y Don Orlando Firpo. Unidos ambos por la pasión por la obra de Cervantes y por su actuación profesional, cultivaron una amistad a través de los años que les permitía compartir con generosidad las dificultades y logros de su labor de coleccionistas.
Postal de Orlando Firpo a Xalambrí 19631112
En torno al IV Centenario del nacimiento de Cervantes tomaron importante impulso, tanto en Europa como en América, diversas acciones que consolidaron las relaciones entre coleccionistas y cervantistas de ambos continentes, permitiendo el intercambio y enriquecimiento de bibliotecas de instituciones públicas, privadas y de particulares. En esos años, complejos y dolorosos, de guerras y exilios- en la ciudad de Montevideo sobresale la figura del Esc. Arturo Xalambrí como coleccionista y cervantista, como fundador, mecenas o gestor de bibliotecas en todo el país; en la década del ’40 poseía una biblioteca considerada ya como la más completa de Hispanoamérica[2]. Xalambrí organiza en 1947 la primera Exposición Cervantina en Uruguay, con su colección y objetos artísticos, que se realiza en la sede de la Asociación de Estudiantes y Profesionales Católicos.
El Esc. Orlando Firpo inaugura el 1/04/1942 en su casona de la Avenida 8 de Octubre una biblioteca cervantina y de caballería como amoroso homenaje a su esposa, fallecida poco tiempo antes; homenaje a un alma delicada y una ferviente lectora y admiradora del “Quijote”. La biblioteca lleva su nombre, Amelia Marty de Firpo, y la recuerda también en un busto de mármol encargado al escultor español Pablo Serrano que preside el espacio que alberga la colección[3].
Homenaje Amelia Marty de Firpo
En 1946 el cervantista catalán Dr. Juan Sedó Peris-Mencheta le escribe a su amigo Arturo Xalambrí pidiéndole ayuda con el fin de recabar información sobre bibliotecas cervantinas en Hispanoamérica, ya que está preparando su discurso de recepción –luego libro- en la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona. El eje del mismo será el coleccionismo cervantino universal. En carta del 4/03/1947 el uruguayo le contesta a Sedó:
“(…) El Escribano Orlando Firpo vive y convive a su esposa espiritualmente, en esta empresa cervantófila, que, con no poca fortuna, apenas en cinco años, cuenta con ejemplares noblemente envidiables. Mi espíritu cristiano palpa en ello una ayuda celeste de la Dulcinea de este Orlando-Quijote. (…) Posee su colección el relieve de ejemplares del siglo XVI de libros de caballerías, de obras citadas por Cervantes, en ediciones príncipes; e iniciativas de buen gusto conmemorativas de su Biblioteca. Creo que irá reuniendo valores notables para el cervantismo en esta República del Uruguay, país de poca hondura bibliográfica y bibliófila. La nómina va aparte.”[4]
De esta manera se inicia el contacto entre cervantistas de la región con el Dr. Juan Sedó y otros coleccionistas catalanes[5]. Firpo le informa a Sedó, en carta del 31/12/1947, sobre su colección, destacando el ejemplar de una 3era edición valenciana del “Quijote”, de 1605 impresa por Pedro Patricio Mey. Por esas fechas la colección Firpo contaba con más de 300 ediciones del “Quijote” sobresaliendo, además de la anteriormente nombrada, la inglesa de 1620; la de 1780 de la Real Academia; la de Edimburgo de 1898 corregida y comentada por Fritzmaurice-Kelly; la de 1906 de Nueva York con ilustraciones del dibujante español Urrabieta Vierge; la de Bruselas de 1607 y de Milán de 1610; un “Persiles” edición 1617 de Juan de la Cuesta y novelas de caballería en ediciones todas del siglo XVII (“Florisel de Niquea”, Valladolid, 1532; “Primaleón”, Venecia, 1534).[6]
Postal 19520920 de Orlando Firpo a Xalambrí
Todos los años para el aniversario de la creación de la Biblioteca Cervantina –que coincidía con el aniversario de su matrimonio- el Esc. Firpo editaba unos librillos con grabados y textos relacionados con las obras de Cervantes y otras de su colección. Le interesaba preferentemente aumentarla con ejemplares de obras nombradas o leídas, por Don Quijote y también aquellas que fueron seguramente lecturas de Cervantes. En una nota publicada en el Suplemento Femenino de “La Mañana” el 13/07/1958 por Elizabeth Durand, el bibliófilo uruguayo manifestaba su preocupación por el cuidado de sus volúmenes: “Quiero que los encuentren perfectos, para que los respeten”. Para ello, además, ya piensa en ciertas disposiciones que dejará en su testamento, para asegurar la “devoción” hacia ellos. Don Orlando Firpo muere en 1964; no se conoce el destino de su colección.
Postal 19520920 de Orlando Firpo a Xalambrí
“Aviva el Libro la escondida lumbre”, dice Orlando Firpo en un terceto de su soneto “Cervantina”, dando testimonio de lo que él piensa es la función humanística y liberadora de la lectura del “Quijote”. Este concepto sobre la novela cervantina es compartido por su amigo y destacado coleccionista uruguayo Arturo Xalambrí, quien a lo largo de su larga vida buscó concretar en sus acciones lo que él llamaba “el apostolado del buen libro”. Libro, con mayúscula, el “Quijote” que formó varias generaciones de lectores devotos en la convicción –quijotesca/cervantina- de que “la pluma es lengua del alma”; que supieron descubrir con admiración la obra de Miguel de Cervantes en el marco histórico y cultural de una época excepcional, y verla en el horizonte de la ejemplaridad desde la acuciante actualidad que les tocaba vivir.
[1] Esc. Orlando Firpo, citado por Santiago Gastaldi en Suplemento de La Tribuna Popular, 8/05/1954. Todos los artículos periodísticos citados sobre la Biblioteca Amelia Marty de Firpo y las cartas del Esc. O. Firpo, el Esc. Arturo Xalambrí, y del Dr. Juan Sedó forman parte del patrimonio documental de la Colección Xalambrí, perteneciente a la Universidad de Montevideo.
[2] “El cervantismo en el coleccionismo universal. Contribución a la historia del coleccionismo cervantino y caballeresco. Discurso leído el 14/03/1948 en la recepción pública en la Real Academia de las Buenas Letras de Barcelona del Dr. Juan Sedó Peris-Mencheta y la contestación del Académico Numerario Don Martín de Riquer” Barcelona S.A. Horta de I.y E. 1948. Consultado en academia.edu en setiembre/2014. Páginas 107 y 108.
[3] Nota de Elizabeth Durand en Suplemento Femenino “La Mañana” del 13/07/1958
[4] Una copia del Catálogo de la Biblioteca Amelia Marty de Firpo, hoy perdida, se encuentra en la Biblioteca Cervantina Xalambrí de la Universidad de Montevideo.
[5] Don Felipe Mateu y Llopis le escribe a Arturo Xalambrí desde Barcelona, el 22/11/1947: “Me he enterado de que la Sra. Amelia Marty de Firpo ha publicado unas postales referentes al Quijote. Agradecería muchísimo que solicitara Ud. De ella, cuya dirección ignoro, ejemplares para nosotros.”
[6] El coleccionista catalán deja constancia de la valía de la Biblioteca Firpo y destaca que el uruguayo es el único caso que conoce en que se establece un día y un año de inicio de la colección. Discurso leído el 14/03/1948 en la recepción pública en la Real Academia de las Buenas Letras de Barcelona (academia.edu, páginas 91/92 y nota 5)