La producción novelística de Bruno Frank (1887-1945) se ve directamente afectada por las repercusiones que la llegada al poder del régimen nacional-socialista tuvo para la literatura alemana de los años 30. Durante este periodo, serán varios los autores que vean en el medio de la novela histórica una herramienta para eludir la censura ejercida por las autoridades nazis. Entre 1930 y 1942, encontramos numerosas novelas de temática hispánica, entre las que destacan Ferdinand und Isabella [Fernando e Isabel] (1936), de Hermann Kesten, Las Casas vor Karl V. [Las Casas ante Carlos V] (1938), de Reinhold Schneider, o Ich der König: Philipp der zweite [Yo el rey: Felipe II] (1938), también de Kesten (Alonso Imaz 46-47).
Dentro de este resurgimiento de la novela histórica, en el que el interés por los temas españoles no resulta casual (especialmente si tenemos en cuenta los paralelismos entre los acontecimientos históricos de la España moderna y el transcurso de la historia alemana durante este periodo), surge la novela Cervantes (1934), en la que Frank nos ofrece una interpretación novelística y personal de la vida del autor del Quijote, y que retrata la gestación de la gran obra cervantina como el resultado de una vida de sinsabores y decepciones para un espíritu libre e imaginativo, el del autor alcalaíno, que vuelca sus desengaños en la construcción de la figura del Ingenioso Hidalgo.
La obra de Frank, largamente olvidada por la crítica, parece haber despertado durante el pasado año el interés de los estudiosos, ya que nos encontramos con dos artículos dedicados a la novela del autor alemán. El primero de ellos, «El Cervantes del exiliado Bruno Frank (1887-1945). El autor del Quijote como protagonista de un texto histórico», firmado por Luis Acosta, catedrático de Filología Alemana de la Universidad Complutense de Madrid, se enmarca en el volumen Rückblicke und Neue Perspektiven (Bern: Peter Lang), resultado de la XIII Semana de Estudios Germánicos celebrada en Madrid en 2011. En él, Acosta traza una serie de paralelismos entre la figura ficcional del autor del Quijote a la que Frank da vida en su novela con las propias experiencias como exiliado del propio autor, que abandonó Alemania en 1933 por su condición de judío, para explorar posteriormente el uso de la novela histórica como medio de crítica al gobierno de Hitler y los inquietantes paralelismos entre su figura y la de Felipe II.
También de 2013, y dentro de la excelente publicación colectiva editada por Carlos Mata Induráin, Recreaciones quijotescas y cervantinas en la narrativa (Pamplona: Eunsa), nos encontramos con el artículo de Heinz-Peter Endress, «Cervantes como protagonista ficticio. Sobre una novela de Bruno Frank» (1934), también dedicado a la novela del autor alemán. Esperamos que las contribuciones de Acosta y Endress despierten un renovado interés por la novela de Frank, que vuelve a demostrar la veneración continuada que la cultura germana ha dedicado al autor del Quijote desde el Romanticismo.
Referencias bibliográficas:
Acosta, L. «El Cervantes del exiliado Bruno Frank (1887-1945). El autor del Quijote como protagonista de un texto histórico», en Rückblicke und Neue Perspektiven-Miradas Retrospectivas y Nuevas Orientaciones, Eds. Fernández Bueno, M., Llamas Ubieto, M., y Sánchez Hernández, P. Bern: Peter Lang, 2013: 17-43.
Alonso Imaz, C. «El exilio interior: Reinhold Schneider y su obra Las Casas vor Karl V» en Rückblicke und Neue Perspektiven-Miradas Retrospectivas y Nuevas Orientaciones, Eds. Fernández Bueno, M., Llamas Ubieto, M., y Sánchez Hernández, P. Bern: Peter Lang, 2013: 45-57.
Endress, H.P. «Cervantes como protagonista ficticio. Sobre una novela de Bruno Frank» en , Ed. Carlos Mata Induráin, Pamplona: EUNSA, 2013: 93-99.
El libro de Frank se tradujo dos veces en la ex-Yugoslavia: primero en 1936, cuando lo tradujo Tomislav Prpic al croata y lo publicó en Zagreb, y luego en 1956, en la traducción al serbio-croata de Konstantin Petrovic (1956). La dos ediciones testimonian de que se leyó mucho, a pesar de ser un texto novelesco que no se atañe mucho a la verdad histórica, o, a lo mejor – precisamente por ello.
También fue traducido con bastante rapidez al inglés, un año después de la primera edición alemana se publica A Man called Cervantes, el traductor fue H.T. Lowe-Porter. Como curiosidad, existe una visión cinematográfica de la obra de Frank, Cervantes, der Abenteuer des Königs [Cervantes, la aventura del rey], dirigida por Vincent Sherman.
Es cierto que la novela no se atañe mucho a la verdad histórica (en la novela, Cervantes compone el Quijote en la cárcel de Sevilla), pero como bien dices, quizás eso sea lo que la haga más interesante.